PALESTINA: EL FRACASO DEL RÉGIMEN SIONISTA

Después de siete décadas de lucha contra la ocupación sionista de su tierra, el pueblo palestino se enfrenta a un cúmulo de retos que, vistos desde fuera, pueden parecer insuperables.

Graffity en la pared en Belén, Palestina

La administración durante 70 años de un Estado Colonial y de un sistema de apartheid – y el consentimiento conferido por sus patrocinadores occidentales – ha escorado la política y la sociedad israelí a posiciones abiertamente fascistas permitiendo el descarte del tradicional disfraz democrático.

La caída reciente de Benjamín Netanyahu, personificación del brutal ejercicio del poder colonial israelí, no ha traído ningún cambio a mejor, llevando al poder a Naftali Bennett, líder de los colonos ultras y defensor del genocidio y limpieza étnica de la población palestina.

La anexión de Cisjordania y Jerusalén Este perseguida por todos los gobiernos israelíes desde la guerra del 1967 se ha acelerado con los recientes intentos de expulsar a poblaciones enteras de los barrios de Sheikh Jarrah y Silwan y los constantes asaltos al recinto sagrado de Al Aqsa.

Las autoridades públicas israelíes ahora animan abiertamente a civiles israelíes a atacar con armas a personas palestinas tanto dentro de las fronteras oficiales de Israel como en los territorios ocupados.

Azotada desde hace décadas por los efectos económicos y sociales de vivir bajo la ocupación, y en el caso de Gaza, del asedio sionista, la población palestina ahora tiene que lidiar con la amenaza adicional de la pandemia sin acceso a vacunas, y con un sistema de salud pública bajo ataque israelí.

Y, en el mundo árabe, algunos de los regímenes más ilegítimos como los de Emiratos, Bahréin y Marruecos han abandonado cualquier simulacro de solidaridad con Palestina estableciendo relaciones diplomáticas con el Estado sionista.

Pero, en estos últimos meses justo cuando el gobierno israelí y sus aliados internacionales se jactaban de haber derrotado y dejado en la irrelevancia a la lucha palestina, el pueblo mismo les ha desmentido, levantándose unido y fortalecido por la justicia de su causa y por una mayor capacidad de respuesta militar.

En mayo de este año la población de Sheikh Jarrah monto una campaña de resistencia a la orden de desalojo de sus casas dictada por el tribunal sionista del distrito de Jerusalén.

La campaña, “Salva a Sheikh Jarrah”, creó una ola de participación en Palestina y captó la atención internacional porque encapsula la situación de todo el pueblo palestino enfrentado a la política de apartheid y limpieza étnica del Estado sionista. Inspiró campañas similares en comunidades como Silwan, Beita y Lifta, también amenazadas por la limpieza étnica y colonización.

La lucha unió la población de toda Palestina ocupada incluyendo personas con ciudadanía israelí dentro de las fronteras de Israel que también son víctimas de apartheid y desalojo.

Con el ambiente ya caldeado, los ataques de grupos de colonos contra la mezquita de Al Aqsa y los intentos del ejército de cerrar las entradas a la ciudad vieja provocaron una respuesta armada desde Gaza con el envío de miles de cohetes contra ciudades israelíes.

La diáspora palestina en Siria, Líbano y Jordania no se quedó atrás y miles de personas marcharon contra las vallas fronterizas en solidaridad con Jerusalén.

El pueblo palestino entero participo en una huelga general con un nivel muy alto de seguimiento que afectó directamente a la economía israelí.

Toda esta demostración de unidad y la capacidad de respuesta militar del pueblo palestino cogió muy de sorpresa no solamente al Estado sionista sino también a la comunidad internacional. El proceso de normalización de Israel en el mundo árabe se quedó parado y parece poco probable que Arabia Saudí vaya a seguir los pasos de los Emiratos y Bahréin como esperaba Israel.

Está claro que la población palestina ha pagado un precio muy alto no solamente en la destrucción y masacre que la aviación israelí provocó en Gaza sino también en la represión infligida por el ejército, los colonos y la misma autoridad palestina en Cisjordania.

Aunque los medios internacionales hayan ya perdido interés, el ímpetu del levantamiento se mantiene. El pueblo palestino ha derrotado los intentos del sionismo de dividirlo y todo el pueblo: las poblaciones de Gaza, de Cisjordania, de Jerusalén, de dentro de Israel y de la diáspora, reconocen que se enfrentan a un solo régimen de opresión y que solo unidos puede derrotarlo.

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