TXUMA FLAMARIQUE. UN MAR DE INSPIRACIÓN MUSICAL

Comenzó su formación musical a los 12 años recibiendo clases de Joaquin Zabalza, después siguió estudiando con Daniel Pérez, Pat Metheny y con el maestro de jazz Gary Burton (online). Licenciado en Rockscholl de Londres y dedicado en cuerpo y alma a su instrumento desde hace más de 25 años, formó parte de orquestas como Kaixo, Jator, Tximeleta, Varadero y Beste Bat.

Es un guitarrista muy polivalente, lo que le ha llevado a actuar acompañando como músico de sesión a Cómplices, Nena Daconte, Melendi, David de María o Malú. Además, ha participado en varias giras con Lucía Pérez y Chema Purón, o tocó con Salvador Niebla en el tour PMO a su paso por Pamplona en 2013.

Ha formado y forma parte activa de grupos con diferentes estilos musicales:

  • Música de fussion: Konfusion, FUM electric trío, Tarova (homenaje a Snarki Puppy).
  • Música jazz: Feel. Música Blues & Rock: Monkey Band, Epi&Blues Band, OX Band, Zaratamakers, Free Lane.
  • Música pop: Airam Etxaniz, Enemigos íntimos (Tributo a Joaquín Sabina) y Hogei Berriro.
  • Espectáculo de danza y percusión: Alkora.

 

Como líder tiene tres trabajos compuestos y producidos por él cercanos al jazz-rock y la música fussion: “Aquí y ahora”, “En el camino” (mejor álbum instrumental de mayo de 2016 en The Academy Musik Award) y “Txuma Flamarique Band en directo”.

Como músico de sesión ha grabado para más de una veintena de proyectos, entre los que destacan: Emma Maurice, Jolis Muñoz, Dr.Txo, Los Condes, Oscar el rumbero, Bandada y Vero, entre otros. También se dedica a la enseñanza de su instrumento y ha hecho varios clinics del mismo. Recientemente ha pasado a formar parte de la familia de “Weisse Hügel guitars custom” con su propio modelo. También tiene su modelo signature con “Cayman custom guitars” … En fin, es un todo terreno.

¿Qué significa para ti vivir de la música y seguir viviendo en Atarrabia? ¿Crees que habrías tenido más oportunidades viviendo fuera?

Hombre… me siento súper querido en este pueblo y si he decidido quedarme aquí es por algo. Creo que es un pueblo muy rico a nivel cultural y también, cuando conoces a tu compañera que es de aquí, pues lógicamente acabas viviendo aquí.

He tenido oportunidades de salir fuera y mi compañera antes de tener hijos me lo propuso por si quería ir a Madrid, ya que allí tendría oportunidades de juntarme con más músicos, y la verdad es que tampoco me apetecía.  Sinceramente pienso que para “triunfar” no hace falta irse a Madrid ni a Barcelona ni Burgos.

Pienso que hay que estar en el sitio y en el momento adecuado y la verdad es que dando el máximo en cualquier actuación puede suponer que una persona del público se fije en ti y que de ahí puedas sacar un buen trabajo. Creo que no hace falta irse. Es más, quizás en una gran ciudad hay menos oportunidades porque hay bastante gente mejor que tú y no todo el mundo puede acceder a un trabajo digno como músico.

Durante la cuarentena la música ha sido un refugio. A la salida, ¿has notado un feedback del público? ¿Crees que la gente valora más los grupos de música después de la cuarentena?

Hombre, en cierta medida sí. Yo pienso que la gente tiene muchas ganas de ver conciertos y aunque no sea la situación ni la manera más adecuada para algunos conciertos verlos sentado, es cierto que por lo menos esto servirá para que la gente cuando vaya a un auditorio a estar sentado sea capaz de ver a un grupo de rock, lo cual antes era impensable; es decir, esto ayudará para que a partir de ahora pueda verse cualquier concierto sentado, porque ahora se está haciendo de esta manera. Entonces, quieras o no, esto es un precedente para que te vayan a escuchar. La otra parte es que ahora se paga por la cultura, cosa que hasta ahora había cierta gente o grupos que era impensable que pudiesen cobrar en la taquilla 5-10 €; es decir, un mínimo, cuando por ejemplo vamos al cine (aunque no sé si es el mejor ejemplo) u otras actividades por las que pagas 5 € y la gente lo da sin problema. Sin embargo, con la música hasta ahora la gente solo pagaba por oír a los buenos y ahora grupos del montón tienen que cobrar por el rollo del COVID y se cobra una entrada, estás sentado y dentro de lo que cabe, con todo lo malo que hay en el COVID, en la música es lo positivo que puedo sacar.

La gente ahora lo escucha, lo respeta y va a verte, antes la gente estaba más a hablar con el de al lado, que también está muy bien, pero no estaba a escucharte, la música estaba de fondo. Ahora te escuchan y te prestan atención. Yo he tocado en todo tipo de sitios, y hubo una temporada que toqué con Konfusion en varios gaztetxes de Euskal Herria. En uno de estos conciertos, teníamos a todo el gaztetxe escuchándonos en la prueba de sonido y diciéndonos que estaba muy guapo. Después de la prueba de sonido, se sacaba a todo el mundo del gaztetxe y creo que entonces se cobraban entre 300 o 500 pesetas y vas a empezar a tocar y decías ¡joder! ¡no entra nadie! Y llegar a tocar para 3 personas, pero de verdad. Entonces la gente decía joder es que hay que pagar, así que por lo menos algo hemos ganado, porque ya era hora de cobrar por tu trabajo. De hecho, hasta yo mismo he ido a conciertos de gente en esta época que en cualquier otra situación no creo que hubiese ido, principalmente para apoyarlos, porque la verdad que yo no he tenido suerte para tocar este año y medio y como ellos tenían suerte, pues he ido, he apoyado y he pagado, que no nos tenemos que quedar en casa. Sinceramente, antes de la pandemia no sé si habría ido a alguno.

¿Las instituciones han apoyado a los músicos como debían en esta pandemia?

Desde las instituciones siento que nos han dejado tirados totalmente. En mi caso, al ser docente he tenido esa suerte, pero el apoyo que recibimos ahora es de la gente y gracias a la docencia puedo comer. No sé qué hubiese pasado si estuviese como hace quince o veinte años que me dedicaba exclusivamente a tocar. No quiero ni imaginarme cómo lo habría pasado. No hay sitio para todos para dar clases ni para mucha cosa dentro del mundo de la música y la gente que se dedica a la actuación lo habrá pasado muy mal. No me consta que el tema de las ayudas desde las instituciones se haya cumplido como debería. Además, hay mucha gente que no podía cotizar, porque esas ayudas sólo eran para los músicos que cotizaban, algo que no todo el mundo puede, y esos que no cotizan lo habrán pasado muy mal. En mi caso no solicité ayudas por tener la docencia, sabía que otros lo necesitan más. No todo el mundo puede pagar la seguridad social y es algo que la gente debería saber, ya que, por un día, según el cache, podríamos pagar entre 50-200 euros por concierto y el resto de los trabajadores no cotizan igual que nosotros. Deberíamos ser conscientes de que nos deberían tratar como a otros sectores, deberíamos cotizar como los demás y como hacen en otros países como Francia. Es otra lucha pendiente. Que la gente se entere un poco de cómo está la música y lo castigada que está, porque la mayoría de la gente no lo sabrá. De verdad que deberíamos empatizar como si fuésemos cualquier otro tipo de trabajador.

Por tu doble condición de músico y profesor, ¿qué crees que tendría que cambiar en nuestra educación para que la música tuviese un mayor aprecio por parte de las nuevas generaciones?

La música en las nuevas generaciones está muy presente, en todas las generaciones ha estado muy presente siempre, lo que pasa es que los gustos musicales de la juventud y de la gente mayor y de todo el mundo son muy cambiantes. Lo que sí echo de menos en este aspecto es un poco la cultura musical que se transmite de padres a hijos, porque evidentemente los gustos cambian y los grupos también, pero pienso que los padres y las madres tienen que transmitir la música que les gusta a ellos por haber sido parte de su vida y de sus emociones. Entonces, aunque esa música ellos no la pongan en su móvil sí que se acaba quedando en su subconsciente, y luego a la hora de ir a un concierto, que vayan con sus padres, que lo escuchen en algún lado o lo que sea dirán “jo, yo esa canción la conozco” y eso es algo muy importante, conocer la música de tiempos anteriores y no solo lo actual, que también, por lo que es importante trasmitir la cultura musical de padres a hijos.

Otra de las cosas que echo de menos es un tema que está pendiente desde hace muchísimos años y es que la música tenga mayor importancia en las escuelas, en todas las escuelas, porque no se le da la importancia que tiene la música ni en infantil, primaria, ESO… en ninguna. Todavía estamos anclados a los tiempos de franco con la “flautita” (con todos mis respetos), pero la música hay que estudiarla de otra manera. De hecho, está demostrado que la música o carreras como musicoterapia demuestran que la música beneficia en todos los aspectos cognitivos, mentales, en aspectos de psicomotricidad… Y para corroborar todo esto tenemos un ejemplo cercano como el de “mochila21”, me parece un trabajo brutal. El ver a gente que tiene una discapacidad, que quieras o no están apartados de lo que es el mundo de la música y que haya gente que trabaja con ellos y logran que ellos toquen instrumentos, aunque sea una batería dividida pero la unión de todo hace que suene, y poder hacer música y conciertos me parece algo brutal. Cuando los vi aquí, en Atarrabia, cuando además conozco a sus profesores y he tocado con ellos, me emocionaba viendo lo que conseguían. Yo me emociono siempre escuchando y viendo música, pero es que verlos a ellos me parecía impresionante porque es una pasada que puedan tocar en la misma plaza de su pueblo y que esté todo el pueblo mirándote y haciéndote caso. Esta gente ha conseguido cosas que son impresionantes, pero a estas cosas no se les dedica ni dinero de las instituciones ni nada, está abandonado. Creo que tendríamos que hacer caso a este tipo de proyectos y de verdad que creo que a través de la música se puede mejorar la vida tanto mental como física de muchísima gente, y no solo gente con problemas motrices o mentales, a todo el mundo se le podría ayudar si hubiese una buena educación, desde el principio de la enseñanza obligatoria.

Cuéntanos tus próximos proyectos:

Obligado a parar por la pandemia sentí que cerré un ciclo en mi vida y que tenía que llegar el principio de otro, y lo que intenté hacer fue crear otro proyecto nuevo. El primero fue Hogei Berriro, que estaba grabado hace tiempo, pero por otros proyectos no lo había podido sacar adelante. Entonces pensé en Maite Txurruka, porque cayó en mi estudio por casualidad para grabar la canción de Eneko y Mikel y apareció también Urtzi Ibero, y la verdad es que me ganaron los dos. Los conocía a ambos, pero no había trabajado con ellos y pensé en ella, me dijo que sí y estoy súper contento. Me encanta tocar con gente más joven que yo porque creo que es renovarse un poco. Todo el mundo puede aportar mucho y juntarse gente joven con gente más mayor como yo, aporta por una parte frescura y por otra experiencia. El bajista Ion Dorregaray de Burlata, bajista y estudiante de música, otra persona que también me aporta mucho, es joven y mola tocar con esta gente tan joven. Por otro lado, he montado una banda de blues que se llama: Free Lane. Con gente de mi edad, incluso algo más, y con mucha experiencia. Todavía no hemos podido tocar en directo, pero tengo la esperanza de que esto despegara ya que el blues es un estilo que tiene mucho público y hay opciones de participar en festivales aparte de que me gusta mucho tocar blues y tengo una deuda conmigo mismo, ya que nunca he tocado en una banda de blues.

Apoyo a la cultura:

“Me siento orgulloso de pertenecer a Etxebeltza y agradezco todo el trabajo realizado por la cultura de Atarrabia. También agradezco todo el trabajo de mis compañeros de los diferentes grupos culturales del pueblo y animarlos a seguir en su empeño y al pueblo de Atarrabia a que siga apoyando la cultura como lo hace o incluso más”.

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