¡Y EL SUEÑO SE HIZO REALIDAD!

¡Y el sueño se hizo realidad! Las chicas dirigidas por Miguel Etxeberria han conseguido el ascenso a la máxima categoría del balonmano estatal, la División de Honor Élite.

Foto: Lanzarote Deportiva

 Gurpea Beti Onak celebrando la victoria

Ese sueño forjado a lo largo del tiempo supone un desafío para el Beti Onak pero, a la vez, una satisfacción enorme por el trabajo realizado desde que el Gobierno de Navarra, y más concretamente la Fundación Miguel Induráin, apostaran de manera contundente por este club.

Pero la historia viene de lejos, desde los inicios del balonmano femenino en el club de la mano de Blanqui Donazar se inicia la andadura en la temporada 1968-69 en el Trofeo Sección Femenina y en el Campeonato Navarro de 69-70 con el ya desaparecido José Javier Beorlegui, primer entrenador de aquel equipo, y jugadoras como Lydia Gay o Marichu Iturbide. Tras un período de ausencia, se retoma la competición en la «Copa Primavera» de la temporada 78-79 junto a Miguel David y Carmen Lizarraga. Se lograría el título de Campeonas de Copa en las temporadas 83-84, 86-87, 94-95, 96-97, 97/98.

En la temporada 88-89 se conseguiría por primera vez el título de Campeonas de Navarra y el ascenso a Primera Nacional. Campeonato Navarro que se volvería a repetir en las temporadas 91-92, 92-93, 93-94 y 96-97 con nuevo ascenso a Primera Nacional donde el club apostaba por un equipo al que llegaban jugadoras del descendido de División de Honor, Oberena, y el objetivo se hizo realidad al ascender a Primera División Nacional, algo que se conseguía en mayo de 1997, llegando a la hoy División de Honor Plata y que, exactamente 25 años después, llegaba el anhelado ascenso.
Muchas son las jugadoras y entrenadores que han aportado su trabajo e ilusión a lo largo de los años y que son parte, pequeños ladrillos que han servido para construir este edificio. El ya comentado José Javier Beorlegui, Mikel Posadas, Luis Liberal, Alberto Etxeberria o Jokin Elizari, todos ellos hasta 1997, y muchas jugadoras que aquí sería difícil de enumerar, precisamente, por no olvidarnos de alguna.

Tras una temporada en División de Honor Plata inmaculada, venciendo en todos los encuentros con autoridad, las de Etxeberria se plantaban en la Fase Previa ante el Errece Almassora de Castellón en un duelo a ida y vuelta y con el único objetivo de dejar en la cuneta a las castellonenses. La eliminatoria se resolvía de forma contundente y las verdinegras debían afrontar una Fase Final en Lanzarote, a 3.000 km de distancia de casa. Y Gurpea Beti Onak presentaba sus credenciales ya en el primer encuentro, venciendo a las locales con autoridad por 20-25 evidenciando lo que todo el mundo suponía, que no era otra cosa que la superioridad de las navarras y su mejor condición de cara a la resolución final. Pero el éxtasis llegaba con una nueva victoria ante el Vino Doña Berenguela BM Bolaños, verdugo la pasada campaña de las de Villava-Atarrabia, por 24-18 en un partido muy trabado por ambas partes y que se resolvía en el último cuarto. Emoción desbordada, lágrimas, recuerdos, dedicatorias… algo compartido con los 40 entusiastas seguidores que se desplazaron a Arrecife y que pudieron “sufrir” en sus propias carnes en una explosión de alegría. Gurpea Beti Onak se iba a codear con las grandes del balonmano español y eso tocaba celebrar y degustar.

El último encuentro ante las riojanas tan solo sirvió para dar minutos a las menos habituales pero que dejaron, como era de esperar, una impronta de calidad y saber estar cediendo un punto, el único de toda una exitosa campaña.
¿Y ahora qué? Pues toca, valga la perogrullada, hacer las cosas bien, acertar con las nuevas incorporaciones, administrar un presupuesto considerable, estructurar y ordenar el club en muchas facetas y, sobre todo, dar con la tecla exacta para no pasar apuros en la nueva categoría y asentarse en la élite.

Llega una época novedosa con muchas sorpresas, alegrías y tristezas pues no se va a volver a vivir una temporada como la 21-22, algo impensable, simplemente porque la categoría no lo va a permitir. Pero eso no debe ser óbice para tener un optimismo moderado, calidad, ganas e ilusión las hay y a raudales, además de elevar el nivel y cantidad de entrenamientos y, como no, de responsabilidades. Y todo esto no será posible sin el apoyo de una maravillosa afición que, estamos seguros, reventará en todas las jornadas el Polideportivo Hermanos Induráin.

Una División de Honor Élite conformada por 12 equipos, en la que dos de ellos descenderán al final de temporada una vez disputado un play-down entre los cuatro últimos clasificados y en el que los puntos conseguidos entre ellos tendrán una gran validez. Habrá que luchar hasta la extenuación para conseguir esa octava posición en la liga regular y evitar esos seis últimos partidos, a ida y vuelta, acordados en la última Asamblea de la RFEBM.
Toca trabajar, y mucho. Por las jugadoras y el staff técnico no va a quedar, así como por la directiva del club y esa afición que llevará al equipo en volandas. El 3 de septiembre está a la vuelta de la esquina ¡qué ganas tenemos!

¡Aurrera Beti!

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