Eso que nos hace villavesas

¿Sabes qué es lo que nos hace pueblo? ¿Eso que nos identifica como villavesas y villaveses? ¿No se te ocurre de qué hablamos? El Atarrabiako Eguna es ejemplo de ello, un día que pocos o  ninguna de nosotras quieren perderse, donde ocupamos calles y plazas con nuestras danzas,  nuestro poteo, nuestra música y nuestra gente, nuestras vecinas y vecinos.

Con este y otros rituales que celebramos a lo largo del año apuntalamos nuestra identidad como atarrabiarras: la costillada de fiestas, la EuskaldunON Astea, la carrera Induráin, el auzolan, recordar las muertes laborales, los concursos de relleno o los espectáculos de malabares de GAS taldea. Todos estos actos y costumbres son parte de nuestro imaginario colectivo, nos diferencian de otros pueblos y nos hace miembros de una comunidad, nuestro pueblo, Atarrabia.

Y qué decir de la memoria oral de nuestras personas mayores, ese hilo que teje nuestro pasado y  nuestro presente, las tradiciones y las transformaciones que vinieron después, los relatos de sus recuerdos y también su influencia en nuestras maneras de vivir hoy en día.

¡Qué importante es  salvaguardar y alimentar todos los elementos culturales! Y, también, transmitirlos de generación en generación. Esa es precisamente la especialidad de Labrit Patrimonio, una gran aliada de Atarrabia en ese camino, de la recopilación, análisis y transmisión de patrimonio cultural  inmaterial.

Así, se ha entrevistado a más de 30 personas para recopilar sus testimonios sobre la  vida en Atarrabia en el siglo XX. Un trabajo, realizado mediante una metodología científica y una  perspectiva antropológica que recoge casi 100 horas de grabación analizadas posteriormente, secuencias que facilitarán en un futuro su interpretación y estudio.

Y todo eso en formato  audiovisual. Los referentes que constituyen el imaginario colectivo de cualquier grupo antes se transmitían de generación en generación vía oral, alrededor del fuego o en una sobremesa. Sin  embargo, hoy en día este legado compartido se genera y se retroalimenta cada vez en mayor medida mediante las pantallas. Y estamos convencidas de que, si no somos nosotras las que  garanticemos esa transmisión audiovisual, corremos el peligro de que se dé una ruptura y las  nuevas generaciones formen su imaginario y construyan su forma de vida de la mano de otras  culturas globalizadas y estandarizadas.

Es mucho lo que nos une en Atarrabia, tenemos un  patrimonio cultural compartido enorme. Sigamos bebiendo de nuestra memoria y de nuestro  imaginario colectivo, aprovechemos las oportunidades que nos ofrecen los formatos  audiovisuales y las nuevas tecnologías y, sobre todo, sigamos alimentando eso que nos hace villavesas y villaveses.